Es Imperativo conocer, aunque sea un breve esbozo, del
contexto que rodea al creador para interpretar correctamente lo que un autor
busca transmitir mediante su obra. Si bien mis aproximaciones a Nicolás
Maquiavelo me acercan más a la comedia, es en la comparación de éstas con El príncipe, donde confirmo la constante reflexión prudente de un hombre que, para cuando confeccionó El
Príncipe al mismo tiempo que su comedia La
mandrágora, se encontraba en el exilio, derrotado y a su vez desconsolado, con
un profundo amor a una Italia dividida (en gran parte por el catolicismo y la
política indigna). Lo cual lo llevó a disertar sobre el comportamiento humano y
la ética. Aunque en la comedia aborda personas normales y no príncipes, llega
en estas dos obras a las mismas conclusiones, en las cuales el que triunfa es
el que mejor sabe adaptarse a los cambios; asentando con un mayor enfoque su
experiencia profesional como alto funcionario y diplomático en El príncipe, donde discurre sobre el
saber del poder para buscar la eficacia
política y establece mediante la retórica que la política no es autónoma de la ética. A pesar de usar en este texto
metáforas, para impulsar a actuar buscando la redención de Italia, Maquiavelo
se muestra siempre realista, usa la historia para estudiar a la política y así construye su propia
filosofía e interpretaciones. Es
evidente que para Maquiavelo la naturaleza del hombre es utilitarista, por ello
infiero El príncipe como una crítica
más que una propuesta de modelo político, pues criticó la forma de hacer política de los Medici (egoísta y ruin),
y le preocupó la fiabilidad.
Lo que particularmente llamó
mi atención es que leer El príncipe no
es un anacronismo, así como aseverar erróneamente que su enfoque es social y
político únicamente, pues mi experiencia profesional me ha permitido encontrar
paralelismos con el mundo empresarial. Puesto que el saber gobernar tiene
absoluta relación con los mecanismos que llevan a un plan de negocios al éxito.
En este sentido puedo rescatar desde mi subjetividad algunos puntos
primordiales en la lectura que he podido evidenciar de alguna u otra manera en
el campo laboral. Sin establecer
jerarquía por el orden en que los mencionaré: en el primero de ellos retomo la visión realista de Maquiavelo, en la
cual ilustra que para ser efectivo hay que tener en cuenta la realidad del
contexto en el que uno se desenvuelve, las fortalezas, las amenazas, la calidad
y cantidad de recursos que se poseen, es decir conocer de principio a fin la
empresa que uno gestiona y lo que la rodea permite al líder estar preparado para
hacer uso de dichos recursos; con lo anterior, es ineludible pasar por alto la
preocupación por los desórdenes futuros que plantea, pues como expone el autor,
previniéndolos a tiempo se pueden remediar con facilidad. De este punto rescato
la cita “se conoce mejor el fondo de los valles cuando se está en la cumbre de
la montaña”, lo cual desde mi actual vivencia puedo corroborar, ya que para
llevar acabo una gerencia eficiente ha sido fundamental conocer en principio el
funcionamiento operativo, la base y entorno del negocio; otro aspecto que
resalta para mí en el tratado de Maquiavelo es la alusión a la fortuna, él manifiesta refiriéndose a
los príncipes nuevos (que llegan al poder por talento o suerte) que el que
menos ha confiado en el azar es el que más tiempo se conserva en su conquista,
y con ello sostiene que la fortuna
representa un 50 por ciento mientras que el otro 50 por ciento recae en las
acciones del hombre. Por lo tanto, deduzco que dominar el contexto y territorio
da la posibilidad de que surja aquella oportunidad en la cual se presenta la fortuna y que son nuestros actos en los
que se gesta el triunfo.
En los aspectos que me
gustaron de la lectura están aquellos en los que Maquiavelo exhorta a la
astucia y a su vez el uso de la bestialidad, por llamarlo de algún modo, él
hace alusión a la figura del zorro y león; es en el concepto de astucia donde
plantea la habilidad que se debe poseer para no exasperar a los nobles y a su
vez mantener satisfecho al pueblo, lo cual se traslada a dos formas de gobierno
donde por un lado están los nobles fungiendo como consejo administrativo y por
otro están los siervos donde se acata su autoridad única. Lo anterior no
difiere de la actual dirección de una empresa, si prestamos atención a esta alegoría,
hoy en día se requiere la misma astucia para mantener unificados a todos los
engranes de una corporación y ambas formas de gobierno siguen estando
presentes. Un punto notable que recupero es en el cual se postula que la primer
opinión que se tiene del juicio de un príncipe se funda en los hombres que lo
rodean, donde se afirma la importancia de la elección del equipo de trabajo y del
buen manejo de la información, ya que aconseja que éste debe rodearse de hombres
con buen juicio que digan la verdad en todos los temas que sean cuestionados para
así discernir correctamente las maniobras a realizar a fin de lograr el
objetivo. En lo personal he llegado a experimentar la necesidad de contar con
la información veraz y oportuna en el desarrollo de una cuenta, y reafirmo la
trascendencia que tiene el contar con un equipo de trabajo confiable, pues el
conocer a tiempo nuestras debilidades me ha permitido negociar con el cliente
soluciones y acuerdos.
El lugar común es la
creencia de que Maquiavelo propone el cuestionamiento ético de el fin justifica los medios, sin embargo
esto puede refutarse, pues corresponde más a un planteamiento de Giovanni
Botero, además es evidente el peso que Maquiavelo le da a la ética en la toma
de decisiones. Por supuesto, son varios los capítulos donde se menciona que los
príncipes pueden verse en la necesidad de transgredir la moral con el fin de
mantener unificado al Estado, mas no les da justificación ni los exime, dejando
a su vez claro a través de La mandrágora
que estos principios no son aplicables sólo para los líderes. Ésto constituye
parte de esa visión realista de los
hechos históricos que vivió.
En lo personal lo que no me
agrada del todo es la sensación de contradicción en algunos temas, como ejemplo,
donde cuestiona si es mejor ser amado o temido y argumenta que el ideal es
mantener un equilibrio entre ambas, sin embargo concluye que es mejor ser
temido. Comprendo que su discurso en El príncipe buscaba motivar, educar e influenciar a un
líder con la capacidad de unificar a su país y que por ello era importante que
esta persona fuera capaz de hacer lo necesario para conseguirlo. De ahí que uno
de los grandes héroes que la obra enmarca sea Moisés, personaje que cometió
actos crueles a fin de alcanzar el objetivo de redimir a los judíos de la
esclavitud de Egipto y que eventualmente hiciera uso de la fuerza para hacer
valer sus estatutos. Es notable que Maquiavelo analizó sus propias experiencias
políticas, por lo cual es fundamental evocar la participación de César Borgia,
en quien aplica la referencia “el que ayuda a otro causa su propia ruina”. Es
en este personaje donde Maquiavelo encontró un ejemplo tangible de alguien apto
para gobernar pensando en un bien común, aunque éste tuviera que cometer actos
inmorales para lograrlo.
Hoy en día el contexto es
distinto y desde mi punto de vista el planteamiento de estos personajes era
propio de su época, las condiciones y formas en las que el poder se ejercía. No obstante algunas bases siguen aplicando en
función de conseguir la virtud cívica que a Maquiavelo le interesaba lograr, lo
cual no dista del interés actual por tener una responsabilidad social que
permita a las empresas ejercer con conciencia. Es entonces relevante que el
sentido de los principios de Maquiavelo sean enfocados a buscar el bien común
teniendo presente que no se tiene el derecho de pasar por encima del bienestar
de la sociedad, entender que no es un texto científico ni un manual y que por
ello termina con una exhortación a liberar a Italia de los barbaros, connotando
de esta manera el sentido aspiracional de la obra. Son quizá en nuestros
tiempos las empresas las trincheras desde donde escudriñamos la gobernabilidad
idealizada desde aquel entonces donde se planteó El príncipe. Por ello
concluyo que en el ámbito de negocios tenemos como los arqueros experimentados
que menciona Maquiavelo, conocer nuestra arma y apuntar alto para lograr
acertar donde uno se lo propone.