En la antesala del mal un cuadro mítico, Walt Disney y Mickey Mouse tomados de la mano, recibe al visitante. Éste para entonces ha dado los pasos suficientes para que la arquitectura del mal comience su diseño, no hay vuelta atrás ya que se hunde en el confortante letargo de la ilusión.
El referente obligado al hacer mención de la meca Disney es en principio el ratón Mickey, quien tuvo que guardar el sadismo y la malicia que mostraba en los años veinte para conseguir la empatía del mundo. El ratoncito en esencia no podía deshacerse de todo aquello que le había dado vida, encontró que en su doble ( su sombra) nadie sospecharía de él. Así es como su peor villano cobra vida, una sombra siniestra, la cual años más tarde se convertiría en el logotipo de la compañía. El universo del creador, simpatizante de Hitler y Mussolini, un ser “solitario, paranoico, agresivo y megalómano” (García, 2001, p.44) es una muestra de paralelismo con Mickey, como lo expone Francisco González (2003):
El mundo de Walt Disney está poblado de sombras. Sombras chinas, dibujos animados, pero también sombras ideológicas y políticas. Rodeado de juguetes, maquetas, dibujos, muñecos y niños, tal como aparece en infinidad de fotos, Walt Disney desprende una imagen de virtud e inocencia que poco tiene que ver con sus afinidades fascistas [...] (p. 208).Serguéi Eisenstein, Orson Wells y Alfred Hitchcock, fueron algunos de los cineastas más destacados que basaron gran parte de su filmografía en las metáforas del mal representadas por Disney. Revelando a los creadores de la compañía como innegables maestros del suspense, en este sentido es importante destacar la tensión que provoca el vértigo en el final de La Cenicienta o la dramática huida en el bosque de Blanca Nieves y los siete enanos, donde una vez más las sombras siniestras juegan un papel importante en la construcción de la pesadilla. También se puede hacer alusión a Timoteo de Dumbo, quien proyecta su sombra agrandándose hasta convertirse en una referencia al vampiro cinematográfico Nosferatu. “En esa silueta imposible se manifiesta una presencia demoníaca, surge el Otro que saca a la luz las oscuras intenciones del afectuoso roedor. [...] El sueño americano nos ha sido ofrecido una vez más en una manzana bañada de caramelo” (González, 2003, p.210). Tal como lo expresa F. Gaillard (2001, p.34) Disney entendió la función de su reino mágico “cuya imagen es la utopía de la felicidad” y creó así una visita controlada a su mundo, al cual hay que adentrarse con cautela.
Recomendación
Si las representaciones de la maldad es un tema que te interese, sugiero leer el siguiente libro que, al igual que yo, seguramente encontrarás fascinante.
Si las representaciones de la maldad es un tema que te interese, sugiero leer el siguiente libro que, al igual que yo, seguramente encontrarás fascinante.
Dominguez, V. (Coord.). (2003). Imágenes del mal. Ensayos de cine, filosofía y literatura sobre la maldad. Madrid: Valdemar.
Referencias
Gaillard, F. (2001, abril). Mickey: La promesa de una felicidad global. Letras Libres, 28, 30-34.
García, G. (20012, abril). El ciudadano Disney. Letras Libres, 28, 44-46.
González, F. (2003). La sombra de Mickey Mouse. En D. V. (Coord.), Imágenes del
mal. Ensayos de cine, filosofía y literatura sobre la maldad (pp 210-238).
Madrid: Valdemar.
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