domingo, 27 de julio de 2014

El príncipe de Maquiavelo: disertación sobre el comportamiento humano y la ética


Es Imperativo conocer, aunque sea un breve esbozo, del contexto que rodea al creador para interpretar correctamente lo que un autor busca transmitir mediante su obra. Si bien mis aproximaciones a Nicolás Maquiavelo me acercan más a la comedia, es en la comparación de éstas con El príncipe,  donde  confirmo la constante reflexión prudente de un hombre que, para cuando confeccionó  El Príncipe al mismo tiempo que su comedia La mandrágora, se encontraba en el exilio, derrotado y a su vez desconsolado, con un profundo amor a una Italia dividida (en gran parte por el catolicismo y la política indigna). Lo cual lo llevó a disertar sobre el comportamiento humano y la ética. Aunque en la comedia aborda personas normales y no príncipes, llega en estas dos obras a las mismas conclusiones, en las cuales el que triunfa es el que mejor sabe adaptarse a los cambios; asentando con un mayor enfoque su experiencia profesional como alto funcionario y diplomático en El príncipe, donde discurre sobre el saber del poder para buscar la eficacia política y establece mediante la retórica que la política no es autónoma de la ética. A pesar de usar en este texto metáforas, para impulsar a actuar buscando la redención de Italia, Maquiavelo se muestra siempre realista, usa la historia para estudiar a la política y así construye su propia filosofía e interpretaciones.  Es evidente que para Maquiavelo la naturaleza del hombre es utilitarista, por ello infiero El príncipe como una crítica más que una propuesta de modelo político, pues criticó la forma de hacer política de los Medici (egoísta y ruin), y le preocupó la fiabilidad.

Lo que particularmente llamó mi atención es que leer El príncipe no es un anacronismo, así como aseverar erróneamente que su enfoque es social y político únicamente, pues mi experiencia profesional me ha permitido encontrar paralelismos con el mundo empresarial. Puesto que el saber gobernar tiene absoluta relación con los mecanismos que llevan a un plan de negocios al éxito. En este sentido puedo rescatar desde mi subjetividad algunos puntos primordiales en la lectura que he podido evidenciar de alguna u otra manera en el campo laboral.  Sin establecer jerarquía por el orden en que los mencionaré: en el primero de ellos retomo la visión realista de Maquiavelo, en la cual ilustra que para ser efectivo hay que tener en cuenta la realidad del contexto en el que uno se desenvuelve, las fortalezas, las amenazas, la calidad y cantidad de recursos que se poseen, es decir conocer de principio a fin la empresa que uno gestiona y lo que la rodea permite al líder estar preparado para hacer uso de dichos recursos; con lo anterior, es ineludible pasar por alto la preocupación por los desórdenes futuros que plantea, pues como expone el autor, previniéndolos a tiempo se pueden remediar con facilidad. De este punto rescato la cita “se conoce mejor el fondo de los valles cuando se está en la cumbre de la montaña”, lo cual desde mi actual vivencia puedo corroborar, ya que para llevar acabo una gerencia eficiente ha sido fundamental conocer en principio el funcionamiento operativo, la base y entorno del negocio; otro aspecto que resalta para mí en el tratado de Maquiavelo es la alusión a la fortuna, él manifiesta refiriéndose a los príncipes nuevos (que llegan al poder por talento o suerte) que el que menos ha confiado en el azar es el que más tiempo se conserva en su conquista, y con ello sostiene que la fortuna representa un 50 por ciento mientras que el otro 50 por ciento recae en las acciones del hombre. Por lo tanto, deduzco que dominar el contexto y territorio da la posibilidad de que surja aquella oportunidad en la cual se presenta la fortuna y que son nuestros actos en los que se gesta el triunfo.

En los aspectos que me gustaron de la lectura están aquellos en los que Maquiavelo exhorta a la astucia y a su vez el uso de la bestialidad, por llamarlo de algún modo, él hace alusión a la figura del zorro y león; es en el concepto de astucia donde plantea la habilidad que se debe poseer para no exasperar a los nobles y a su vez mantener satisfecho al pueblo, lo cual se traslada a dos formas de gobierno donde por un lado están los nobles fungiendo como consejo administrativo y por otro están los siervos donde se acata su autoridad única. Lo anterior no difiere de la actual dirección de una empresa, si prestamos atención a esta alegoría, hoy en día se requiere la misma astucia para mantener unificados a todos los engranes de una corporación y ambas formas de gobierno siguen estando presentes. Un punto notable que recupero es en el cual se postula que la primer opinión que se tiene del juicio de un príncipe se funda en los hombres que lo rodean, donde se afirma la importancia de la elección del equipo de trabajo y del buen manejo de la información, ya que aconseja que éste debe rodearse de hombres con buen juicio que digan la verdad en todos los temas que sean cuestionados para así discernir correctamente las maniobras a realizar a fin de lograr el objetivo. En lo personal he llegado a experimentar la necesidad de contar con la información veraz y oportuna en el desarrollo de una cuenta, y reafirmo la trascendencia que tiene el contar con un equipo de trabajo confiable, pues el conocer a tiempo nuestras debilidades me ha permitido negociar con el cliente soluciones y acuerdos.

El lugar común es la creencia de que Maquiavelo propone el cuestionamiento ético de el fin justifica los medios, sin embargo esto puede refutarse, pues corresponde más a un planteamiento de Giovanni Botero, además es evidente el peso que Maquiavelo le da a la ética en la toma de decisiones. Por supuesto, son varios los capítulos donde se menciona que los príncipes pueden verse en la necesidad de transgredir la moral con el fin de mantener unificado al Estado, mas no les da justificación ni los exime, dejando a su vez claro a través de La mandrágora que estos principios no son aplicables sólo para los líderes. Ésto constituye parte de esa visión realista de los hechos históricos que vivió.

En lo personal lo que no me agrada del todo es la sensación de contradicción en algunos temas, como ejemplo, donde cuestiona si es mejor ser amado o temido y argumenta que el ideal es mantener un equilibrio entre ambas, sin embargo concluye que es mejor ser temido. Comprendo que su discurso en El príncipe  buscaba motivar, educar e influenciar a un líder con la capacidad de unificar a su país y que por ello era importante que esta persona fuera capaz de hacer lo necesario para conseguirlo. De ahí que uno de los grandes héroes que la obra enmarca sea Moisés, personaje que cometió actos crueles a fin de alcanzar el objetivo de redimir a los judíos de la esclavitud de Egipto y que eventualmente hiciera uso de la fuerza para hacer valer sus estatutos. Es notable que Maquiavelo analizó sus propias experiencias políticas, por lo cual es fundamental evocar la participación de César Borgia, en quien aplica la referencia “el que ayuda a otro causa su propia ruina”. Es en este personaje donde Maquiavelo encontró un ejemplo tangible de alguien apto para gobernar pensando en un bien común, aunque éste tuviera que cometer actos inmorales para lograrlo.

Hoy en día el contexto es distinto y desde mi punto de vista el planteamiento de estos personajes era propio de su época, las condiciones y formas en las que el poder se ejercía.  No obstante algunas bases siguen aplicando en función de conseguir la virtud cívica  que a Maquiavelo le interesaba lograr, lo cual no dista del interés actual por tener una responsabilidad social que permita a las empresas ejercer con conciencia. Es entonces relevante que el sentido de los principios de Maquiavelo sean enfocados a buscar el bien común teniendo presente que no se tiene el derecho de pasar por encima del bienestar de la sociedad, entender que no es un texto científico ni un manual y que por ello termina con una exhortación a liberar a Italia de los barbaros, connotando de esta manera el sentido aspiracional de la obra. Son quizá en nuestros tiempos las empresas las trincheras desde donde escudriñamos la gobernabilidad idealizada desde aquel entonces donde se planteó El príncipe.  Por ello concluyo que en el ámbito de negocios tenemos como los arqueros experimentados que menciona Maquiavelo, conocer nuestra arma y apuntar alto para lograr acertar donde uno se lo propone. 

sábado, 26 de julio de 2014

El espectáculo como identidad mexicana


La industria del espectáculo en México va más allá de sólo producir entretenimiento, considero que el espectáculo en nuestro país es el principal referente de nuestra identidad. El público asiste o consume motivado por la necesidad de pertenencia, a su vez la relación amor-odio entre los gestores de entretenimiento y la sociedad juega un papel importante en la construcción de una identidad nacional; por supuesto, otro factor relevante radica en la forma de asimilar dichas representaciones de nuestra idiosincrasia. 

Cómo entender o definir una identidad en un país que funge como "patio trasero” de otro, así nos dicen en Estados Unidos y nosotros lo aceptamos, "ay, pobrecitos mexicanos que no sabemos de dónde vinimos ni quiénes somos. Por culpa de la maldita Malinche que se acostó con el maldito Hernán Cortés, perdimos hasta la madre" (Bolaños, 2001). Y lo anterior viene a razón de que un país con sentimiento de no saber ni quién lo parió, queda por ende expuesto al vacío existencial que solamente el sentido de pertenencia puede llenar. Como diría Chespirito, "¿y ahora quién podrá defendernos?", ningún otro cuestionamiento podría plantear un terreno tan fértil para aprovechar un llamado tan desesperado, y al rescate vienen los showman's, aquellos que se auto proclaman iluminados, tocados por la madre "creatividad" y construyen los cimientos de un gran performance mexicano, en el que vivimos todos los días. 

El problema, como lo expone Cecilia Eudave, es que la formación de una identidad sigue un trayecto que no siempre es satisfactorio "por las exigencias de un exterior que lleva un tiempo histórico disímil al nuestro" (2007). Dado que la identidad en principio es un vector diferenciador por excelencia, cómo diferenciarnos cuando la gran mayoría de la población tiene como referente cultural la televisión abierta, la cual basa la concepción de sus productos en copiar otros creados en el extranjero. Ésta en un intento por "atrapar" al espectador tropicaliza contenidos descontextualizados, creando esperpentos por los que ni el mismo monstruo de Frankenstein sentiría la menor empatía. El por qué estos productos siguen permaneciendo como oferta, nos lleva a concretizar la ignorancia en la que se encuentra sumido el pueblo, perfecta para el funcionamiento de otro tipo de espectáculo del que somos participes, el que nos brindan los gobiernos. 

Siempre me ha parecido interesante la relación amor-odio entre las celebridades y la sociedad que los consume y les confiere una posición en los rankings. Parte fundamental en esta relación es el constante soy como tú y por ello debes comprarme, tú no eres como yo y por ello no puedes acercarte a mí. Muestras de una generalización y exaltación de la frivolidad, consecuencia de la banalización de la cultura, mismo que se alimenta de lo que el periodismo irresponsable disfruta, el escándalo. La superficialidad de los contenidos se justifica en el propósito de llegar al mayor número de personas, ésto lo tienen los realizadores tan asimilado, que la oferta a la que la población tiene acceso es a una cultura light, conformada por productos que exigen el mínimo esfuerzo intelectual. En el texto La civilización del espectáculo de Mario Vargas Llosa se establece en tono pesimista que “nos han deparado el privilegio de convertir al entretenimiento pasajero en la aspiración suprema de la vida humana” (2009). De ahí que los caracteres culturales de los propios productos establezcan una relación paternalista entre productor y consumidor. Como lo plantea Umberto Eco, ésta puede permanecer inalterada, sobre todo en el caso de que los espectáculos se hallen en manos no de grupos de poder económico, sino de grupos de poder político, pero todo ésto sirve para mostrarnos que la construcción de la identidad es en sí “un hecho industrial, y como tal, experimenta condicionamientos típicos de cualquier actividad industrial” (2006). Lo cual en mi experiencia como gestor y promotor, me remite a festivales y eventos creados por encargo como tácticas para construir una imagen, no sólo de la organización que auspicia, la estrategia va más allá y propone moldear o reforzar la identidad de la audiencia en determinada región. 

Expuesto todo lo anterior, habría que poner especial atención a la forma de asimilar las manifestaciones del espectáculo, pues en el tema de la identidad social, hay que tener en cuenta que nuestra identificación con los diversos grupos que conforman nuestra sociedad puede ejercer una influencia poderosa en nuestros pensamientos y a través de ellos, también en nuestros actos. Tomando en cuenta lo que Amartya Sen propone en su escrito La otra gente. Más allá de la identidad, estamos conformados por una serie de identidades, mismas que elegimos en su mayoría por la viabilidad con la que se nos presentan, las cuales usamos de acuerdo al contexto. Lo que quizá es más importante es la prioridad que le daremos a las diversas identidades que poseemos. Podemos por consiguiente proponer una identidad fundamental compuesta por estas variantes, sin embargo es difícil aceptar que no podemos elegir realmente y sólo podemos descubrirla, pues como lo explica Sen “La identidad precede al razonamiento y a la posibilidad de elegir” (2001). 

Por tanto, puedo afirmar que sí, la identidad del mexicano está claramente ligada a la oferta del entretenimiento que consume. A su vez el espectáculo lo representa y lo controla, haciéndole creer que es él quien elige lo que “quiere” ver o escuchar. Y en base a mi experiencia como productor, afirmo que en la actualidad para la industria, el sistema no podría funcionar en México de otra manera, al menos no en un sentido comercial. 

¿Ustedes qué opinan?

Referencias 

Bolaños, L. (2001). La identidad perdida y otros mitos. México: Editorial Vila. 

Eco, U. (2006). Apocalípticos e integrados. México: Tusquets Editores México. 

Eudave, C. (2007). Identidad: Análisis y reflexiones sobre textos hispanoamericanos. Guadalajara: Universidad de Guadalajara. 

Sen, A. (2001). La otra gente. Más allá de la identidad. Letras Libres, 34,93-95. 

Vargas, M. (2009). La civilización del espectáculo. Editorial Alfaguara.

Abril Rojo y los reptiles


En Abril Rojo (2006), Santiago Roncagliolo hace constancia de un universo sumido en una guerra continua entre las diversas facciones que juegan un rol en la novela, mismas que portan de manera particular una serie de conflictos que no terminan de resolver, aunado a la representación en conjunto de una violencia política y una ritualización social. Lo anterior se muestra y se lleva a la par del thriller policiaco de forma ascendente durante la narrativa, aunque en un inicio se mantiene con cierta distancia del fenómeno producido por los grupos dominantes en Ayacucho, ciudad donde se desarrolla la trama, y se adentra paulatinamente, a través del fiscal Chacaltana, en la exhibición del funcionamiento de estos organismos de poder y control.

La articulación de estos sistemas parte de cada individuo, particularmente de un complejo reptiliano, el cual ha sido estudiado por herpetólogos y conceptualizado a su vez por antropólogos, sociólogos y psicólogos. El complejo reptiliano responde a una estructura profunda que biológicamente, en los seres humanos, forma parte de nuestra zona posterior del cerebro, donde se localizan aquellos procesos que guardan estrecha relación con el sentido de auto conservación; que a su vez tiene el papel estelar en la conducta agresiva, la territorialidad, los actos rituales y el establecimiento de jerarquías sociales, como lo explica Paul D. Maclean en su libro A Triune Concept of the Brain and Behaviour. Razón por lo cual es interesante evidenciar que en Abril Rojo todas estas características que se atribuyen al comportamiento de los reptiles son expuestas y reafirmadas a lo largo de la trama.

Existe una contradicción entre los impulsos agresivos y la conservación de nuestras sociedades, ya que la agresividad que emana del aspecto primitivo es un elemento necesario para la conservación de la especie. Konrad Lorenz, el médico y zoólogo austriaco, respecto a lo anterior, justifica en su interpretación del complejo reptiliano la agresión y la violencia de los grupos dominantes, específicamente aquellos relacionados a la política y los grupos de poder, con el fin de que la sociedad, que de alguna manera le pertenece a estos clanes con supremacía, no se encuentre globalmente amenazada, con la condición de que esta violencia esté enmarcada en actos ritualizados, los cuales generan mecanismos especiales de inhibición de las pulsiones de la población. Podemos constatar en la novela la mancuerna en este sentido entre la milicia y la Iglesia Católica, así como vemos el impacto de estos sistemas donde se establecen rituales que mantienen en sopor a los miembros de la sociedad, mostrando a los habitantes de Ayacucho como una población callada, desconfiada, lastimada por los sucesos terroristas y conflictos que recientemente la afectaron. Además de que en la novela los asesinatos guardan estrecha relación con los actos religiosos, vemos a su vez como existen zonas militares donde las leyes son prácticamente suspendidas y gozan de un poder casi absoluto, el cual se respalda en el argumento de estar aún en un estado de emergencia.

Lorenz infiere que se trata de establecer “quién es el más fuerte, sin estropear demasiado al más débil” (1998, p.111). En el hecho de establecer la superioridad converge el sentido de territorialidad, el cual el autor retrata con los senderistas y la guerra popular, atribuyéndoles una gran carga ideológica. Otro de los aspectos mencionados en relación al comportamiento de los reptiles y los humanos es la conformación de jerarquías, en estas estructuras se sustentan unos a otros, el personaje de Félix Chacaltana hace muy clara esta facción. Inicialmente participa dentro del sistema apegado a la formalidad y la legitimación de los procesos en que su gestión debe realizarse, sin embargo descubre en el camino la corrupción y la manipulación de la información, los cuales le permiten caer en cuenta del poder que puede poseer. 

La novela es un retrato de una condición político-cultural que rebasa fronteras y cuya base puede ser observada en cualquier contexto. Es preciso aceptar que aquellos aspectos biológicos que poseemos, como lo son las características propias de nuestro cerebro primitivo, tienen su función ya establecida en el sistema del cual no podemos excluirnos, aún con el desconocimiento del mismo, pues somos parte de una estructura social en la cual la supervivencia sigue siendo el objetivo, lo sugestivo al hacer consciente estos aspectos es el entender los mecanismos que operan, buscando que cada vez sean menos los afectados en la dinámica social.

Referencias

Lorenz, K. (1998). L’agression. Une histoire naturelle du mal. Paris: Flammarion.

Roncagliolo, S. (2006). Abril Rojo. Lima: Alfaguara.

viernes, 25 de julio de 2014

La casa de Mickey Mouse: representaciones de la maldad


En la antesala del mal un cuadro mítico, Walt Disney y Mickey Mouse tomados de la mano, recibe al visitante. Éste para entonces ha dado los pasos suficientes para que la arquitectura del mal comience su diseño, no hay vuelta atrás ya que se hunde en el confortante letargo de la ilusión.  
El referente obligado al hacer mención de la meca Disney es en principio el ratón Mickey, quien tuvo que guardar el sadismo y la malicia que mostraba en los años veinte para conseguir la empatía del mundo. El ratoncito en esencia no podía deshacerse de todo aquello que le había dado vida, encontró que en su doble ( su sombra) nadie sospecharía de él. Así es como su peor villano cobra vida, una sombra siniestra, la cual años más tarde se convertiría en el logotipo de la compañía. El universo del creador, simpatizante de Hitler y Mussolini, un ser “solitario, paranoico, agresivo y megalómano” (García, 2001, p.44) es una muestra de paralelismo con Mickey, como lo expone Francisco González (2003):
El mundo de Walt Disney está poblado de sombras. Sombras chinas, dibujos animados, pero también sombras ideológicas y políticas. Rodeado de juguetes, maquetas, dibujos, muñecos y niños, tal como aparece en infinidad de fotos, Walt Disney desprende una imagen de virtud e inocencia que poco tiene que ver con sus afinidades fascistas [...] (p. 208). 
Serguéi Eisenstein, Orson Wells y Alfred Hitchcock, fueron algunos de los cineastas más destacados que basaron gran parte de su filmografía en las metáforas del mal representadas por Disney. Revelando a los creadores de la compañía como innegables maestros del suspense, en este sentido es importante destacar la tensión que provoca el vértigo en el final de La Cenicienta o la dramática huida en el bosque de Blanca Nieves y los siete enanos, donde una vez más las sombras siniestras juegan un papel importante en la construcción de la pesadilla. También se puede hacer alusión a Timoteo de Dumbo, quien proyecta su sombra agrandándose hasta convertirse en una referencia al vampiro cinematográfico Nosferatu. “En esa silueta imposible se manifiesta una presencia demoníaca, surge el Otro que saca a la luz las oscuras intenciones del afectuoso roedor. [...] El sueño americano nos ha sido ofrecido una vez más en una manzana bañada de caramelo” (González, 2003, p.210). Tal como lo expresa F. Gaillard (2001, p.34) Disney entendió la función de su reino mágico “cuya imagen es la utopía de la felicidad” y creó así una visita controlada a su mundo, al cual hay que adentrarse con cautela.

Recomendación

Si las representaciones de la maldad es un tema que te interese, sugiero leer el siguiente libro que, al igual que yo, seguramente encontrarás fascinante.




Dominguez, V. (Coord.). (2003). Imágenes del mal. Ensayos de cine, filosofía y literatura sobre la maldad. Madrid: Valdemar.







Referencias

Gaillard, F. (2001, abril). Mickey: La promesa de una felicidad global. Letras Libres, 28, 30-34. 

García, G. (20012, abril). El ciudadano Disney. Letras Libres, 28, 44-46. 

González, F. (2003). La sombra de Mickey Mouse. En D. V. (Coord.), Imágenes del  
mal. Ensayos de cine, filosofía y literatura sobre la maldad (pp 210-238). 
Madrid: Valdemar.

Principiando en Blogger

¡Saludos cordiales!
He decidido comenzar este blog hace unas horas cuando apenas llegaba la madrugada, aunque tenía tiempo deseando hacerlo fue hasta hoy que me dije: es momento.Leí en muchos blogs que la primer entrada suele causar conflicto, así que lo haré sencillo.

La razón de crear este espacio es para compartir un poco de mí, de los temas que suelen llamar mi atención (cine, literatura, música, festivales, lugares, gastronomía, etc.), mis momentos e ideas que éstos me provocan.

Supongo que debo hablar un poco de mi persona como introducción. Tengo 28 años, nací un 14 de marzo en la ciudad de Obregón en el estado de Sonora. Aunque aproximadamente al año de nacido mis padres se mudaron a Baja California, donde prácticamente crecí, un tiempo en Tijuana y luego en Playas de Rosarito. Actualmente vivo en Guadalajara, Jalisco, ciudad que elegí, después de estudiar y hacer cine (entre otras cosas) en diferentes lugares incluso fuera del país, para profesionalizarme con una licenciatura en publicidad y medios audiovisuales. A la par sin dejar de participar en diversas áreas en proyectos de espectáculos, eventos culturales y festivales internacionales, principalmente de música y cine. Un gusto adquirido al crecer entre conciertos y cosas por el estilo. Por ahora curso la licenciatura en comunicación y medios digitales en esta misma ciudad.

Gracias por leer, seguir y participar de este espacio.
Javier